La tristeza te lleva al infierno, te corta el habla, cierra los ojos del alma y tu corazón deja de sentir. Sólo un buen amor hace que desaparezca el rencor que se instaló en tu vida sin saberlo, la desidia de ver pasar los días sin ningún sueño por perseguir, las noches de agonía por esperar un nuevo amanecer que no quieres que vuelva a ser igual. No quieres más dolor.
Un buen amor te enseña a pedir perdón y a perdonar. Te enseña a vivir, dando paso a ese caudal de emociones que hace que la sangre corra por tus venas sin que haya obstáculos. Las palabras que te producen dolor ya no están en tu memoria, la vida te da una segunda oportunidad para que renazcas de tus cenizas cual ave fénix y eches a volar sin dar descanso a tus nuevas alas, porque anhelas tu libertad, la libertad que te han robado, la libertad que te regalaron tus padres cuando decidieron darte la vida para vivirla. La libertad por la que respiras.
La esperanza llega y vuelves a abrir los brazos para recibir los rayos de sol, para recibir a un buen amor….
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